"El Rincón de la tila con gotas"

A la tristeza y alegría

A la tristeza y alegría

La alegría y la tristeza son dos emociones antípodas muy populares entre los seres vivos (incluso nos referimos a la alegría o tristeza de una planta). Así como el desasosiego, la irritabilidad, la angustia o incluso la euforia son más complejas tanto en su identificación como en la transición, la tristeza y la alegría son emociones fácilmente detectables y nuestro paciente ha generado una interesante reflexión que te puede ayudar a lidiar con las mismas con más naturalidad.

Pues sí, por qué no, escribirle también a la tristeza.

Y os diré que escribo desde la alegría, lo contrario de la tristeza, creo que desde aquí la puedo entender mejor. 

Si comparamos el hecho de disfrutar de una tarta con la felicidad, los ingredientes de ese pastel serían la energía, la motivación, la esperanza... Cuando estamos tristes esos ingredientes brillan por su ausencia. Por lo que escribir, o hacer cualquier cosa desde la tristeza es una labor, en ocasiones, imposible. 

Ese es el motivo por el que escribo desde la alegría, tengo los ingredientes para elaborar la tarta y entendiendo que no todos los días puedo disfrutar ese postre completo.

Entender la tristeza cuando estamos en un momento de bajón, sin energías, sin ganas de nada es complicado, en esos momentos todo lo vemos gris, sin esperanza. Alejándonos un poco, y poniendo unos gramos de optimismo a la receta, se puede ver la tristeza como algo mucho más natural, que es inevitable sentir en algunos momentos, y que, aunque cueste, hay que soportar.

Lo mismo suena muy básico, pero si no tuviéramos momentos tristes, ¿cómo podríamos saber cuándo estamos contentos? Si todos los días tuviéramos energía para hacer una tarta, todos los días comeríamos tarta y por tanto, no sería algo especial. 

Visto así, la tristeza casi parece necesaria.

Entender, y abrazar la alegría es mucho más fácil, nos gusta sentirnos bien, estar contentos y reír, pasarlo bien y disfrutar.  Sin embargo, entender la tristeza es más complejo, a nadie gusta pasar malas experiencias, momentos desagradables, pérdidas de personas, mal ambiente en el trabajo... Todo esto nos hace sentir mal.

Entendiendo la risa como una consecuencia de la alegría y el llanto como la consecuencia de la tristeza, ambas nos ayudan a expresarnos y esto es liberador. Llorar, a mi por lo menos, me hace sentir muy bien. Diría incluso que hasta me gusta llorar, porque al llorar de alguna forma estamos abrazando esa tristeza. Le estamos dando el lugar que necesita.

Esta reflexión la tomo casi como un recordatorio para que cuando tenga que sentir tristeza, no lo vea todo oscuro y saber que hay más formas de interpretar la realidad. Saber que la tristeza pasará y la alegría, volverá.

Solamente recuerdo un momento en el que las dos no se intercalaban, esos meses tan duros en los que pasé por una depresión, no sentía esperanza. Considerando esto un caso extremo, lo mejor sería asumir, que la tristeza y la alegría casi siempre van de la mano, conviven y se acompañan, se complementan y nos equilibran. 

Por otro lado, observo que vivimos obsesionados con encontrar la felicidad plena, hacer la tarta perfecta. Esa misma obsesión nos lleva a forzar los ingredientes, desproporcionando el resultado. Saliendo en muchas ocasiones una tarta empalagosa y poco espontánea. 

Por lo que, la felicidad, sería el equilibrio, permitiendo estar a la alegría, y sabiendo, que la tristeza es un estado que te permite descansar, pensar, reflexionar para dejar llegar el momento en que tendrás los ingredientes para disfrutar de tu tarta.

Os recomiendo un tema relacionado con mi reflexión, como tendemos a rechazar a la tristeza en los momentos de claridad y certeza; los Aslandticos, Adiós tristeza.


Y he aquí mi reflexión sobre la ALEGRÍA.

Emma Goldman, compartía la siguiente frase; “Si no puedo bailar, no es mi revolución”

La relaciono con la alegría porque el baile es vida, alegría, movimiento, expresión y lo que Goldman nos quiere hacer llegar es que si no hay alegría, movimiento, expresión no merece la pena interactuar. 

Esta anarquista rusa en su día fue una persona muy incómoda para el FBI ya que con su discurso revolucionario invitaba a pensar. Despertando revolucionariamente a la misma para alcanzar y disfrutar de la diversidad y libertad emocional, sexual y afectiva. 

Y es que la alegría es así por sí misma. Es energía, es risa. Y yo la quiero manifestar como un derecho universal.

A pesar de que los derechos son derechos y deberíamos disfrutarlos por el hecho de serlos. La realidad nos muestra que ahora disfrutamos de muchos que supusieron una lucha y otros aún han de ser defendidos y recordados.

Por ejemplo, la jornada de ocho horas, se consiguió con largas huelgas y movilizaciones obreras. El sufragio universal, lo mismo, se logró con movilizaciones sociales. Y en la actualidad, existen vulnerados otros derechos, como la vivienda, el trabajo o la igualdad. Estos derechos no están garantizados, necesitan ser tenidos en cuenta y manifestados.

Por lo que apuesto por el derecho de la felicidad como prolongación de la alegría. Y como si de un derecho se tratara ya que todos/as nos merecemos ser felices, no por el hecho de merecerlo llega solo.

La felicidad se trabaja y la alegría se invoca.

Y si tú haces por ello, tienes una mayor probabilidad de disfrute.

La forma de luchar por la soberanía de la alegría creo que no es otra que en conjunto, buscando espacios donde relacionarnos como pueden ser asociaciones de vecinos, desde actividades culturales como pintura, teatro, manualidades, música o actividades deportivas. Y también individualmente, buscando todo aquello que nos haga bien. Aunque también esto se verá entorpecido si no se ha dado la consecución de otros derechos anteriormente mencionados.

Sé que tengo un punto de vista bastante idealista, sé que esto es muy difícil de conseguir, de reivindicar y de alcanzar. En el modelo de sociedad en el que estamos, no es fácil encontrar o crear estos espacios. También sé, que en lo que damos vueltas a ese imaginario sobre como relacionarnos, en solamente pensar que un mundo mejor es posible, algo queda por el camino. Si pensamos de forma global, todo esto es imposible, si pensamos en pequeñas comunidades, o solamente en nuestro reducido grupo social, el contexto cambia totalmente. Como decía Eduardo Galeano “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”

 

Como bien sabía Emma Goldman, a lo que se refería con bailar es a esto, así que eso, vamos a luchar por nuestra soberanía de alegría de forma colectiva y como lo que es, un derecho que nos pertenece. Nos merecemos esa revolución.

“La alegría es el arma más poderosa contra el miedo” Héctor Castrillejo, El Naan.

El tema, va para El Naan, y su Danza de las semillas.