Aquí tenemos una interesante reflexión sobre el crecimiento personal, damos paso a la misma:
“Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros.”
Groucho Marx
“Durante años he entendido esta frase como la entiende todo el mundo. De hecho, es un clásico en las redes sociales para cuando alguien cambia de bando o de opinión. Ha sido hace muy poco, cuando he sido capaz de pensar en que, en realidad, es la expresión más pura del escepticismo, la defensa más valiente de la libertad de pensamiento más allá de las ideas y las camisetas. Me sorprende ver que no existe en nuestro idioma una palabra positiva para una persona que está dispuesta a cambiar de opinión si las circunstancias así lo requieren. Me sorprende que “chaquetero” sólo sea una palabra negativa cuando, al menos yo, me paso la vida sin saber qué pensar de las cosas y, desde luego, sin tener que morir o matar. De nuevo, desconfío de cualquier club que quiera tenerme como socio. Por lo tanto, sí Groucho, yo también cambio mis principios en cuanto me cambian los caminos. Soy tan chaquetero como tú.”
Arturo González Campos, del libro “enhorabuena por tu fracaso.”
Don Arturo González Campos, ya has entrado en mi lista de personas a las que admiro, de esas personas que a veces poneis voz a lo que siento cuando aún no sé cómo explicarlo. De esas personas que dais luz a mis pensamientos, que me guiais, me ilumináis, me divertís, y también porque no, desde el humor, con la música, desde los espacios más personales de vuestro interior, y con la cultura como arma de deconstrucción masiva me hacéis mejor persona.
En el libro Enhorabuena por tu fracaso, Arturo, hace muchas listas de cosas, lo voy a imitar y voy a hacer mi lista de personas y cosas que me iluminan:
- Arturo González Campos
- Ignatius Farray
- María Xose Silvar SES
- Tonhito de Poi
- Toni Mejías
- Las sopas de ajo
- El mar, el monte
- Gente aleatoria
- La música
Quería escribir sobre la deconstrucción, ya se me está yendo por otro sitio, comienza el fracaso de este texto, sin quererlo, ya estoy cambiando de chaqueta mientras escribo.
Como una secuencia de aprendizaje y de deconstrucción (cosas que van de la mano), voy a intentar seguir la senda de Groucho Marx, Arturo González campos, yo.
Las personas nacemos, crecemos, y antes o después como dice un buen compañero de oficio, vamos por el aire.
Me interesa lo del medio, cuando crecemos, no solo físicamente, desde niños crecemos a lo ancho y a lo alto, durante un tiempo nos mantenemos en un estado más o menos estable, y luego nos vamos arrugando, encogiendo.
A esto apenas le veo importancia, lo interesante me parecen esos cambios interiores, en nuestra forma de ser, en nuestros pensamientos, en lo que nos rodea, en nuestra esencia.
Creo que no se nos educa para ser maleables, moldeables, blanditos, como un trozo de plastilina moldeable a las circunstancias, más bien se nos educa de una forma rígida, para ser un engranaje del sistema, para ser productivos y vivir anestesiados sin cuestionarnos nada.
Esto servirá para algunas personas, otras nos hacemos muchas preguntas, vivimos en una constante duda, en una incertidumbre vital que llega a angustiar, es como andar por un alambre en medio de un precipicio. Ese vértigo, que da miedo, del que hay que aprender, porque cuando empiezas a dominar la técnica de andar por el alambre da un gustito tremendo.
En el aprendizaje manual, creativo, siempre hay una parte de incomodidad, que es el equilibrio perfecto para disfrutar como un chute de adrenalina. Cuando aprendo a maltocar una canción nueva, me resulta muy difícil e incómodo, pero gozo, cuando en un curso de torneado de madera, se atasca la herramienta y todo el cuerpo está en tensión, gozo. Ese punto justo entre lo desconocido, lo nuevo, lo que estoy aprendiendo y lo que tengo por aprender es otro estado, cuerpo y mente se alinean y me transportan a un estado de placer pleno.
La vida, ese andar por el alambre, es lo mismo, una sensación muy parecida, que por lo menos en mi caso, aún no domino, que estoy aprendiendo, en la que me siento torpe, pero que también empiezo a disfrutar.
Durante mucho tiempo estuve en un estado de rigidez, como un engranaje más de este sistema que en tantas cosas, en tantos valores, no me encuentro identificado.
Supongo que lo ideal es irse deconstruyendo poco a poco, en mi caso la deconstrucción no ha sido una reforma de vivienda hecha poco a poco, el edificio entero se derrumbó, o más bien decidí derrumbarlo, como dice Ignatius, decidí arruinar mi puta vida, decidí que ese edificio rígido, como si fuera un lego no me servía, elegí ser otro juguete, un trozo de muchos restos de plastilina que poder moldear.
La familia, algunas amistades, las relaciones, la sociedad en sí, yo mismo, todo quedó deconstruido, me encontré en un abismo, con un alambre por el que caminar y el precipicio abajo. Empujar el muñequito de lego que era por ese alambre, no parecía la mejor forma de afrontar la reconstrucción.
Las personas cambiamos, evolucionamos, con muñequitos y fichas de lego, pocas opciones hay de crear nuevas relaciones, nuevas amistades, de yo mismo ser alguien moldeable, dispuesto a cambiar según cambien las circunstancias, según evolucione la vida, cambiar la forma de ver las cosas, de pensar, de sentir, de cambiar de chaqueta.
Y así voy, igual que Marx y Arturo, yo también soy un chaquetero, moldeando trozos nuevos de plastilina, amistades nuevas, relaciones nuevas, nuevos espacios de ocio, culturales, de diversión van apareciendo mientras camino por el alambre.
Algunas personas y espacios, siguen siendo piezas de lego, la familia, por ejemplo, sigue siendo una casa rígida, a la que ahora vuelvo como un trozo de plastilina, también tendré que aprender a relacionarme con fichas de lego siendo yo un trozo de plastilina, porqué no.
En definitiva, voy caminando por ese alambre cambiando de chaqueta como hace Arturo si las circunstancias lo requieren, con miedo y torpe. Estoy en ese punto, que igual que con el aprendizaje creativo, es incómodo, pero que gustito que da oyes.
La canción esta vez va para el ultimo personaje que incorporé a la gente que me inspira y me hace mejor persona,
Don Tonhito de Poi, muchas gracias por esa letra de In-Dios, gracias por esa sensibilidad.
“Din que pa saber quen e, hay que ter fé,
Din que pa saber quen e, hay que morrer,
Din que pa saber quen e, hay que creer,
Din que pa saber quen e, hay que senter.”
