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Indagando en nuestras emociones

Indagando en nuestras emociones

¿Cuánto conocemos sobre las emociones?

¿Qué función cumplen en nuestro cuerpo y mente?

Existen muchos estudios y teorías sobre las emociones, y si traemos a la memoria las diversas disertaciones filosóficas sobre mente y cuerpo nos vienen unas cuantas, como las de Descartes, Platón, Santo Tomás de Aquino... Prácticamente de cada concepto que aquí exponemos hay muchas teorías y explicaciones.

Por ello, hemos decidido hacerlo con cautela, ¡pero hacerlo!

Hablamos sobre algo que nos interesa, y, a veces, lo percibimos como si de algo fácil y alcanzable se tratara, hablamos desde un lenguaje bastante común con términos y teorías un tanto complejas. Por ello, si existe alguna duda o reflexión estamos encantadas de debatir más acerca del tema.

Sois muchos/as los/as que nos preguntáis cuáles son nuestras herramientas a la hora de abordar los diferentes casos...

Seguro que aquí os aclaramos ciertas inquietudes.

 

 

Cuerpo y mente son dos entes interconectados.

El cuerpo y la mente conforman a la persona. Las interacciones entre las personas, entre otras cosas, forman la sociedad. En estas interacciones podemos compartir información, cosas materiales… y también compartimos qué es lo que pensamos o sentimos.

Las personas, somos capaces de comunicar tanto las sensaciones físicas como las mentales. En muchas ocasiones, lo hacemos con el objetivo de que nos conozcan más, otras, para que nos comprendan, también puede ser para que nos admiren, compadezcan, etc.

 -> Cuando nos relacionamos con otras personas (relaciones interpersonales) es inevitable que analicemos a las personas y al entorno. Esto lo hacemos por instinto y supervivencia, ya que puede representar un ataque hacia nuestra persona. Para ello, tenemos en cuenta la información que recibimos a través de nuestros sentidos que es interpretada y nos genera una serie de pensamientos y sentimientos sobre el estado físico o mental de la/s otra/s persona/s, entorno.. Todo ello, nos hace sentir algo que conocemos como emociones.

 -> La relación que tenemos con nosotros/as mismos/as (relación intrapersonal), con nuestros asuntos, problemas, conflictos, deseos, necesidades… también nos provoca diferentes emociones.

En ciertas patologías, como pueden ser el autismo, o la psicopatía, por alteraciones psicobiológicas existe una gran diferencia en esta manera de percibir, de sentir (en el caso de la psicopatía) o de interpretar (en el caso del autismo), por lo tanto, de aquí en adelante, hablamos de las emociones que sentimos las personas sin patología previa.

Las emociones, por tanto, son universales.

Es decir, no depende de la cultura o del género, por ejemplo. Las emociones son una vivencia sensorial generada por una serie de procesos químicos, neuronales... que percibimos al entrar en contacto con el medio en el que vivimos.

Las emociones, por tanto, dependen de los sentidos, ya que son los canales por los que recibimos la información. El aprendizaje, por lógica, influye en la percepción de las mismas. Las vivencias de cada uno/a nos aportan una serie de conocimientos que influyen en nuestro sentir. Por ejemplo, si has vivido en un entorno muy ruidoso, tus emociones con respecto a ruidos fuertes, sirenas... son diferentes que la de otra persona que se ha criado en un entorno silencioso.

Cuando sentimos todas esas sensaciones que nombramos como emociones, somo capaces de ponerles nombre, incluso forma o color a las mismas, esto lo llamamos, “identificar la emoción”.

Por lo tanto, tener en cuenta cómo funciona nuestro mente y cuerpo, nos ayuda a percibir y sentir las cosas con más claridad. La identificación estará más a nuestro alcance, detectando con que tiene que ver de lo que conocemos, o de nuestra persona.

Aspectos como el autoconcepto, la autoestima, se forman también dependiendo de esta percepción y conforme esos procesos sean más "amables", la configuración de los mismos, nos alcanzan al ansiado "bienestar". Somos capaces de tomar decisiones más adultas, pudiéndonos hacer cargo de ellas. El autocontrol si es un problema, deja poco a poco de serlo.

Por ende, nuestro comportamiento y lenguaje son codependientes de las emociones. A través de gestos, expresiones, incluso del contacto visual o nuestra postura somos capaces de transmitir lo que sentimos. Por ello, podríamos decir que las emociones están ligadas a las expresiones corporales. Ahora, seguro, podemos observar con más claridad, la interconexión de la que hablamos en el inicio.

Concluimos, que cada persona expresa y siente las emociones de una manera diferente. La conducta, el pensamiento, los sentimientos y el comportamiento de cada una de nosotras, por tanto, están atravesados/as por los factores culturales, sociales, individuales, del contexto, etc., influyendo en la manera en que nos mostramos al exterior. ¡Qué importante es, por todo ello, tener en cuenta ese matiz al encontrarnos en esta sociedad que por definición es multicultural!

El trabajo intrapersonal e interpersonal nos va ayudar a tener sensaciones más satisfactorias, por lo expuesto. A mayor toma de consciencia mayor facilidad de identificación de las emociones, será más fluida conforme damos espacio a estos aspectos, que tienen que ver con uno/a mismo/a.

La introspección (el descubrir, sentir y poder hablar del interior) es un proceso importante que te ayudará a poner palabras a tus deseos, necesidades

Tanto el trabajo en grupo terapéutico como el personal te pueden ayudar a que este proceso sea más tranquilo y en paz contigo. Por la importancia que cobran las relaciones interpersonales ponemos más énfasis en el GRUPO.

En nuestro siguiente POST, seguiremos hablando de la INTELIGENCIA EMOCIONAL.

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